Un ejemplo de estas operaciones es la memorización, que frecuentemente se confunde con el conocimiento y aunque ambas son desarrolladas en base a la actividad cerebral de las personas, nada tienen en común.
La memorización sólo consiste en el almacenamiento de datos en el cerebro, datos que pueden o no estar relacionados y que de ninguna manera dicen algo relevante al sujeto que realiza la actividad de memorización. Los datos almacenados por este medio fácilmente se olvidan.
A diferencia de la memorización, en la adquisición del conocimiento intervienen ciertos elementos que son indispensables para que se pueda dar esta actividad.
Estos elementos son:
- El sujeto
- El objeto
- El proceso del conocimiento
- La imagen o representación creada del objeto
Con estos elementos, podemos formar una definición de conocimiento, la que podemos analizar de dos formas:
- El conocimiento como proceso. Conocimiento es el proceso realizado por cada persona consistente en formar una imagen o representación mental de un objeto.
- El conocimiento como resultado. Conocimiento es el resultado final del proceso individual de formar una imagen o representación mental de un objeto.
Una vez definido al conocimiento, surge otra pregunta: ¿Cómo se produce el conocimiento?
El conocimiento puede surgir de muy diversas maneras, desde la utilización de nuestros sentidos para producirlo, hasta la utilización de métodos específicos y rigurosos para obtenerlo.
Las formas más comunes de obtención de conocimiento son, entre otras:
- A través de la experiencia (conocimiento empírico)
- A través de los sentidos (conocimiento sensorial)
- A través del razonamiento (conocimiento intelectual)
- El que busca la verdad últimas de las cosas (conocimiento filosófico)
- El que busca la validez (conocimiento científico)
- A través de la aceptación general o que se pasa de generación en generación (conocimiento vulgar o común)
- A través de la percepción que tenemos de un objeto (conocimiento intuitivo)
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